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La nueva rola de mi amigo Pepe Mogt: la nostalgia de un pasado muy reciente _ la memoria de pary y la city como dijera nuestro amigo Rafa Saavedra. 

Nuevas perspectivas para la vivienda social en México
Programa ConstruYes del Gobierno Federal.

                                   Villa Fontana, Tijuana. Imagen; René Peralta
Hoy el Gobierno Federal Mexicano presentó un programa de vivienda titulado ¡Construyes!, que permite a los ciudadanos de la clase trabajadora construir su propia casa utilizando un crédito directo a través del gobierno. Los ciudadanos podrán tener acceso a un préstamo de construcción para construir una casa en un terreno de su propiedad (legalmente). Esto no tiene precedentes, ya que las familias de bajos ingresos no han tenido la oportunidad de participar en la vida financiera de la economía, específicamente el acceso a préstamos de bajo interés para la construcción de viviendas. De acuerdo con un estudio de COLEF “…tener un título de propiedad parece no cambiar mucho los patrones financieros de las familias. En México, entre las familias cuyos ingresos son inferiores a seis salarios mínimos mensuales, sólo el 10% recurre a préstamos para invertir en sus casas”.
(Alegría y Ordoñez, 2016).


                                                  Casa Informal de Tijuana: Imagen Rene Peralta
El programa requerirá un componente de asistencia en el que un especialista en construcción con licencia formará parte de las fases de desarrollo del proyecto. Según la administración federal de la vivienda, este programa permitirá la construcción de viviendas más dignas, podrá mejorar las zonas que han desarrollado redes sociales y comunitarias, y que están cerca de los servicios públicos y el transporte. También cambiará drásticamente la forma en que se ha desarrollado la vivienda de interés social en los últimos 40 años, a través de empresas de desarrollo del sector privado que han puesto un sistema de ganancias por encima de las personas en desarrollos de comunidades aisladas y micro viviendas.

                                        Desarrollador de Vivienda Tijuana. Imagen: René Peralta
En México, se estima que el 70% de la población se autoconstruye su propia casa con materiales tradicionales como bloques de hormigón o ladrillos y en algunos casos con madera de segunda mano de otras obras de construcción o incluso de otros países, como es el caso de las ciudades de la frontera entre los Estados Unidos y México. Sin embargo, muchas de estas casas carecen de supervisión de construcción por parte de un profesional o agencia gubernamental, son construcciones frágiles que no se sostienen adecuadamente en climas rigurosos y carecen de servicios eléctricos y de plomería bien mantenidos. Además, las opciones proporcionadas a la población de clase trabajadora han sido las unidades de tamaño micro que no se ajustan al tamaño de una familia mexicana común, creando guetos horizontales segregados y superpoblados alrededor de las principales ciudades del país.
  
Desarrollador de viviendas de Tijuana. Imagen: René Peralta
El éxito del programa dependerá de la combinación del sistema de préstamos sin intermediarios y de obtener a la población la asistencia técnica adecuada para el diseño y la construcción de su casa. Las iniciativas de autoconstrucción utilizan mano de obra local compran la mayoría de los materiales dentro de sus comunidades, haciendo de esta práctica un método más sostenible para los negocios y comercios locales. Sin embargo, puede fracasar si la asistencia técnica no es la adecuada causando daños físicos a las estructuras y poniendo en peligro vidas. Se deben seguir los reglamentos locales, especialmente los que se refieren a todas las fases estructurales de la construcción. La tramitación de los permisos de construcción para este tipo de construcción debe ser agilizada y relativamente barata para que el programa tenga éxito, esto significa que la comunicación entre la ciudad, el estado y el gobierno federal, más allá de las disputas entre partidos políticos, es una parte integral del éxito del programa.
Habrá un rechazo de las empresas y organizaciones de construcción que solían ser las únicas en construir el acervo de viviendas sociales del gobierno. Sin embargo, esto puede ser una oportunidad para que estas empresas introduzcan en el mercado materiales y métodos de construcción innovadores que son sencillos de construir y requieren un mínimo de conocimientos técnicos. Las casas prefabricadas y los sistemas impresos en 3D pueden emplearse en las comunidades para mejorar y acelerar el proceso de construcción y los arquitectos tienen la oportunidad de experimentar con ideas de vivienda innovadoras de fabricación.

                                        Casa impresa en 3d en Tabasco, México. Imagen Joshua Pérez
En la ciudad fronteriza de Tijuana, la organización sin fines de lucro Fundación Esperanza de México (FEM) ha estado llevando a cabo programas de fortalecimiento de la comunidad y un programa de vivienda autoconstruida durante 30 años. El modelo de FEM es muy similar al nuevo programa del gobierno, usando materiales/trabajo locales para construir casas en conjunto con familias y voluntarios. También tiene una oficina de desarrollo comunitario que ayuda con el diseño, la documentación de la construcción y la tramitación de permisos, todo ello guiado por el arquitecto residente.  El programa que desarrolla FEM se basa en grupos de familias ubicadas en zonas y comunidades específicas de la ciudad, que se reúnen para organizar un fondo de ahorro para la vivienda en el que depositan una cierta cantidad de dinero en efectivo cada semana. Este fondo luego continúa operando con nuevas familias mientras se construyen las primeras casas, produciendo un fondo revolvente de dinero en efectivo para apoyar la construcción futura. Esto ha dado a FEM una cierta autonomía con respecto a los bancos, las instituciones de préstamo y los préstamos de alto interés a los que a veces las familias ni siquiera tienen acceso. Las casas de FEM están diseñadas como un proyecto integral, pero se construyen en fases, lo que permite a las familias maximizar su flujo de efectivo y no ser una carga para los gastos diarios. Todas las casas FEM conservan su valor, se diseñan específicamente en función de las necesidades de cada familia y, lo que es más importante, se trata de un proceso de construcción de viviendas dignas para las familias vulnerables de las comunidades de clase trabajadora.
                Casa que se está construyendo bajo el programa FEM en Tijuana, México. Imagen FEM
Seguiré investigando sobre los próximos programas del gobierno e intentaré evaluar su impacto futuro, porque creo que si se realiza correctamente puede ser un cambio de paradigma, una forma democrática y real de hacer comunidad.
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Como el poeta Gastón Bachelard escribió una vez, “Porque nuestra casa es nuestro rincón del mundo. Como se ha dicho a veces, es nuestro primer universo, un verdadero cosmos en todos los sentidos de la palabra.”

Rene Peralta, Lecturer
Herb Greene Teaching Fellow
Christopher C. Gibbs College of Architecture
University of Oklahoma
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Possible New Horizons for Social Housing in Mexico 
Programa Construyes del Gobierno Federal.

Villa Fontana, Tijuana. Image; Rene Peralta


Today the Mexican Federal Government presented a housing program titled ConstruYES!, allowing working-class citizens to self-build their own house. By utilizing a direct credit through the government, citizens will be able to have access to a construction loan to build a house on a piece of property they own (legally). This is unprecedented since low-income families have not previous;y had the chance to participate in the financial life of the economy, specifically the access to low-interest loans for home construction. According to a study by COLEF “…having a property title appears not to change the financial patterns of families very much. In Mexico among families whose income total less than six monthly minimum wages, only 10% made use of loans to invest in their homes”

(Alegria & Ordoñez, 2016).

Tijuana Informal House: Image Rene Peralta
This new program will require an assistance component where a construction licensed professional would be part of the project’s development phases. According to the federal housing administration, this program will allow the building of more dignified housing and permit the overall improvement of areas that have developed social and community networks, and have public services and are near to transportation. It will also dramatically change how working-class housing has been developed in the last 40 years – via the private sector development companies who have demonstrated a profit first over people system in secluded and micro-housing developments.

Developer Housing Tijuana. Image: Rene Peralta

In Mexico, it is estimated that 70% of the population self builds its own home with traditional materials such as concrete blocks or brick, and in some instances with second-hand timber from other construction sites or even other countries as is the case of cities along the US/Mex border. Yet many of these houses lack construction supervision by a professional or government agency, they are fragile constructions that do not hold up well in harsh climates and lack well maintained electrical and plumbing systems. Also, the only options provided to the working-class population had been the developer micro-sized units that did not abide by the size of a common Mexican family, creating segregated and overcrowded horizontal ghettos around the major cities in the country.


Developer Housing Tijuana. Image: Rene Peralta
The success of the program will rely on the combination of the no-hands – no intermediary loan system and getting the population the right technical assistance for the design and construction integrity of their home. Self-built housing initiatives use local labor and purchase most materials from within their neighborhoods making the practice a more sustainable method for local businesses and trades. Yet, it can go awry if the technical assistance is not the appropriate one causing physical damages to structures endangering lives. Local codes must be followed especially ones dealing with all the structural and seismic phases of the construction. The turnaround of building permits for this type of construction must be expedited and relatively inexpensive for the program to be successful, this means that communication between the city, state, and federal government beyond political party bickering, is an integral part of the program’s success. 
There will be a push back from construction companies and developers who are accustomed to being the ones building the government’s social housing stock. However, this can be an opportunity for these companies to bring to the market innovative construction materials and methods that are simple to build and require minimal technical expertise. Prefabricated homes and 3d printed systems can be deployed to communities to enhance and expedite the construction process and architects have the opportunity to experiment with innovative housing ideas of mass customization.

3d Printed House in Tabasco, Mexico. Image Joshua Perez
In the border city of Tijuana, the non-profit organization Fundacion Esperanza de Mexico, A.C. www.esperanzademexico.org (FEM) has been undertaking community development programs and self-built housing initiatives for 30 years. FEM’s model is very similar to the new government program, using local materials/labor to build homes along with families and volunteers. FEM also has a technical office that aides with the design, construction documentation, and permit processing are all supervised by the in-house registered architect.  The program that FEM promotes relies on groups of families located in specific communities of the city, coming together to organize a housing saving fund were they deposit a certain amount of cash every week. This community fund then continues to operate with new families as the first homes are built, producing a revolving all-cash fund to support future construction. This has given FEM a certain autonomy from banks, lending institutions, and high-interest loans that families normally might not even have access to. FEM homes are designed as a complete project yet they are built in phases allowing the families to maximize their cash flow and not be a burden on daily living expenses. All FEM houses retain their value, are designed specifically with each family’s needs, and more importantly, it’s a process to build dignified homes and strengthen community ties through a self-help system and education program led by a FEM social worker with vulnerable families in working-class communities.

House being built under the FEM program in Tijuana, Mexico. Image FEM






I will continue to research the forthcoming government programs and attempt to evaluate their future impact, because I believe if it is done correctly it can be a game-changer, a democratic and real way to house a community. 
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As the poet Gaston Bachelard once wrote, “For our house is our corner of the world. As has often been said, it is our first universe, a real cosmos in every sense of the word.


Rene Peralta, Lecturer
Herb Greene Teaching Fellow
Christopher C. Gibbs College of Architecture
University of Oklahoma




     Schizoid-Urbanism in times of Pandemics

Entrevista que me hizo el periodista y escritor Omar Millán por correo electrónico y que se elaboró durante varias semanas cuando la crisis del Covid-19 iniciaba el proceso de infección en Estado Unidos y estaba por llegar a la frontera de Tijuana – San Diego.

Omar Millán: Dicen que la arquitectura, al igual que otras artes, comienza con preguntas, ¿qué pregunta te surge cuando ves a Tijuana, la actual Tijuana?

Rene Peralta: Entiendo a Tijuana como dos espacios-temporales distintos. Siempre me pregunto si estas diferentes “Tijuanas” pueden existir juntas o alcanzarán una masa crítica y se dividirán, como una célula que se divide en su momento crítico. La futura Tijuana se sumergirá en nuevas unidades dentro de la ciudad misma porque no puede crecer continuamente como una entidad unificada, si pensamos en la ciudad como un organismo entonces nace, crece, pero no continúa ese crecimiento infinitamente. Las ciudades, para sobrevivir, deben evolucionar y transformarse espacialmente (físicamente) y conceptualmente (redes socioculturales). Hemos visto a Tijuana intentar esta transformación antes, cuando pone en juego una serie de argumentos conceptuales como Ciudad Híbrida, La Tercera Nación o a través de sus cambios económicos y su geografía espacial a lo largo del siglo XX como la ciudad industrial, la ciudad del pecado, la ciudad informal de los migrantes o la Nueva Tijuana.
Tijuana es un estado de ánimo.
OM: ¿Cómo define su zona metropolitana?

RP: La palabra metropolitana viene del griego “ciudad madre” y consiste en una gran ciudad, o dos grandes ciudades, con una serie de pueblos y barrios que están económica y espacialmente integrados a la ciudad o ciudades mismas. Tijuana es parte de la unidad metropolitana formada por Tecate y Rosarito (ZMTTR). Pero en una forma más holística y en términos de geografía, podríamos incluir a San Diego en la mezcla.

Foto: Alfonso Caraveo
OM: Para mí, la falta de pirámides o un pasado glorioso enterrado hacía de la frontera una metrópoli entregada sólo al presente. Tijuana tenía mitos – su propio nombre está asentado sobre la ficción Tía Juana – pero no lo determinaban.  La ciudad siempre parecía mirar con esperanza de adolescente el futuro, optimista, a pesar de que estaba en medio de dos naciones que se odiaban y se anhelaban, con dos políticas e idiomas muy distintos, y que muchas veces habían descargado sus frustraciones y deseos en esta región. La frontera había intentado parecerse a ambas naciones; y en esa imitación paradójicamente consiguió su personalidad. Tijuana era una ciudad a medias, incompleta, ambigua. Sin embargo, en la última década se comenzaron a edificar una serie de rascacielos (condominios, oficinas, hospitales privados, hoteles) que parecen definir completamente el rumbo de Tijuana.
Primero, ¿qué fue lo que sucedió para que se diera este boom inmobiliario?
RP: Este nuevo modo de construir viviendas no es realmente una copia directa de San Diego, Los objetivos de desarrollo de SD en los últimos 20 años se han dirigido a construir comunidades más concentradas bajo los conceptos de TOD (transit-oriented development) o del Nuevo Urbanismo. En 2018, junto con colegas de San Diego y Tijuana reeditamos el informe de Kevin Lynch y Donald Appleyard para San Diego de 1974 titulado “¿A Temporary Paradise?”. Todavía se puede ver que los hallazgos e ideas de Lynch y Appleyard presentan un paisaje sostenible y un plan urbano que son parte de las estrategias de desarrollo actuales. Por lo tanto, en Tijuana, este auge de verticalidad es producto de una débil estructura de planificación por medio del urbanismo de mercado y son inversiones del sur en lugar del norte. Estos nuevos inversionistas buscan lugares rentables para desarrollar proyectos verticales y de alta densidad para compradores de clase media y alta, diferentes a las viviendas de clase obrera y de bajos ingresos construidas en la década de los 90, que hoy en día están inacabadas o abandonadas y que fueron básicamente un fracaso debido a la crisis financiera de 2008 y a la inexistente planificación urbana de todos esos fraccionamientos de viviendas.

Con el uso del marketing y la comercialización de moda, que en la mayoría de los casos son pretensiosas y clasistas, estas nuevas torres están apareciendo en las comunidades tradicionales de la ciudad con la afirmación de ser una gran inversión, en vez de una vivienda. Así que, los compradores/inversionistas lo ven como parte de una cartera de negocio para alquilar en el mercado de Airbnb. Es una forma extraña de construir viviendas porque construyes y luego intentas encontrar gente que quiera vivir (invertir) allí, en lugar de conocer las necesidades de la población actual y construir para ellos. Puedes ver que gran parte de este nuevo desarrollo de alto crecimiento se concentra en el mercado de EE. UU.



No es un desarrollo urbano novedoso, sólo objetos arquitectónicos que aparecen muy rápidamente y los estamos discutiendo en términos genéricos o como David Harvey podría decir como objetos espaciales absolutos, espacios cuantificables de individualización (es decir, metros cuadrados, altura, imagen y otros) que carecen de conceptos urbanos críticos.

Estos objetos son archipiélagos verticales de reclusión porque no sólo tienen que ser altos y ser capaces de producir ganancias, sino que también tienen que hacer frente a la falta de seguridad proporcionada por el Estado a nivel de la calle. Es una forma de vida capsular como señala el filósofo belga Lieven De Cauter, pero diferente de las cápsulas o “pods” de los arquitectos en la década de los 60 como el movimiento metabolista en Japón o los Archigram de Inglaterra que se imaginaban un mundo nómada con individuos libres y tiempo para moverse a su antojo por todo el mundo, por lo tanto, habitando viviendas mínimas. La idea de De Cauter es más distópica en el cual nuestra sociedad está polarizada buscando refugio en sus “vehículos, capullos arquitectónicos y enclaves urbanos”.

Estamos pasando de la segregación horizontal (terrestre) a una vertical (arquitectónica) con la bandera de la ciudad densificada como justificación. 
Curiosamente De Cauter también incluye los tecno-aparatos diarios como parte de esta capsulización. Incluso mientras noto este tipo de vida en aislamiento, el actual desafío mundial con el virus COVID-19 podría llevarnos a confiar en la tecnología y la comunicación digital personal para mantener nuestras actividades sociales diarias. Así que esta pandemia añadirá leña al fuego y hará que la vida apartada y aislada sea mucho más atractiva para aquellos que puedan comprarlo. El capitalismo nunca pierde, prospera en tiempos de conflicto como hemos visto en el pasado, por eso es tan difícil pensar en una alternativa. La arquitectura se convierte entonces en el vehículo a través del cual el capital se reajusta, y por eso la arquitectura ya no es para la gente.
OM: Segundo, ¿el rumbo de “nuestra modernidad” era parecernos a una ciudad estadounidense, “orgullo capitalista” con edificios de cristales ahumados o había otras alternativas, otro rumbo?

El urbanista Lawrence Herzog menciona en su libro sobre la arquitectura de Tijuana “From Aztec to High Tech” que Tijuana nunca participó en el movimiento moderno mexicano o al menos nunca fue parte de él. Más tarde a través de megaproyectos como la del Zona Río, Cecut entre otros tuvimos alcance a este movimiento nacional. Sin embargo en esa mismas décadas nuestra identidad no era fija y por lo tanto teníamos un canvasen blanco para construir algo diferente en el norte de México, y lo hicimos por un tiempo en las artes, la música, la literatura, pero nunca se consolidó en un zeitgeist arquitectónico.  Las pocas escuelas de arquitectura en la ciudad eran demasiado tradicionales con currículos que venían del centro del país. Perdimos la oportunidad de formar nuestra propia escuela, una escuela de Tijuana como la de Los Ángeles, Filadelfia o Nueva York. Yo diría que incluso San Diego no construyó una escuela, su arquitectura era un pastiche de los movimientos conservadores de otras partes de los Estados Unidos.

Tijuana tuvo la oportunidad de convertirse en un terreno experimental para nuevas formas de combinar lo formalcon lo informal, pero debido a que estas dos ideas estaban tan separadas/segregadas entre sí como en otras ciudades nunca se combinaron. Nos desviamos de nuevas formas urbanas, del edificio híbrido y la oportunidad de repensar la soberanía para construir una ciudad alterna a la producida por el neocapitalismo. Pero no ocurrió porque las condiciones económicas y financieras eran demasiado fuertes, y hoy mi generación está demasiado involucrada en hacer dinero, y en vez de imaginar nuevas formas de desarrollo regional volvimos al modelo de desarrollo tradicional conocido en todo el país. 


Por eso es interesante ver cómo los agentes inmobiliarios de la ciudad comparten en los medios de comunicación social vagas publicaciones sobre ciudades sostenibles o ciudades transitables ideas que creen que forman parte del edificio que están vendiendo, haciéndolas parecer como si estuvieran al tanto de las tendencias actuales del urbanismo.
Los slogans son contemporáneos pero el modelo de desarrollo es arcaico para la ciudad. 



Pero lo que hoy me preocupa es qué tipo de estructuras se van a edificar y cómo vamos a desarrollar esa otra mitad de la ciudad al oriente con casi 1 millón de habitantes que tiene una forma de vida y cultura distinta de la que los desarrolladores locales y medios de comunicación te están vendiendo. Un sector al que hace más de 20 años se le prometió una calidad de vida en micro casas que fue otro tipo de capsularizacion. 


Al terminar esta entrevista estoy viendo como el virus COVID-19 está ahora más cerca de casa, y en la frontera, espacio entre el pánico del norte (San Diego) y la indiferencia del sur (Tijuana). Por lo tanto, esta crisis acelerará la subdivisión de la célula ciudad en dos unidades que tienen una cultura socioeconómica diferente y una de ellas provocará una construcción vertical mientras que la otra podría tener una densidad mucho más horizontal la ciudad se vive en realidades tempo-espaciales muy diferentes.



Rene Peralta

Marzo 2020

Casa Coubes – AIASD 2018 Award
       Tijuana 2018 

      2018 American Institute of Architects San Diego “Metro Tijuana Architecture Award”

A 3-patio house on a hillside of the city of Tijuana. The house takes advantage of the city views to the east with a linear balcony, then it centers around an entry courtyard that allows natural light to penetrate all the interiors. The hillside helps to create a small garden and green roof for the guest bedroom and studio space. The house is in a constant dialogue between the inside and outside.

Designed for a social scientist the house is an interplay of layered spaces. Rendered in white allowing the interior to be a canvass of natural color throughout the day. All of its inhabited open spaces lay in a seamless second-floor level that moves from interior to the exterior as daily life progresses.

                                            What I have been working on this year!


Foto desde la frontera de lado de Tijuana. Se estan construyendo los prototipos para el Muro fronterizo. 

Foto: Rene Peralta

Mañana en IBERO presentare el proyecto instalacion sobre la region San DIego/Tijuana en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Seoul.

Tomorrow at IBERO I will be presenting our installation of the San Diego/Tijuana region at the Seoul Architecture and Urbanism Biennale.