Art is Art
and
Everything Else is Everything Else.
Ad Reinhardt
foto angel benson
La mona, la bola, las torres, colloquial names given to a series of pseudo monuments found in the urban landscape of Tijuana. Generic names for highly iconic objects that within other contexts have specific meaning, yet in Tijuana they have become blank canvass of assorted interpretation. As you drive by them you distinguish their freakish resemblance to other familiar icons sited somewhere in a modern metropolis, from NY to Sao Paulo. They belong to a family of imposter icons, such as the Bart Simpson, Incredible Hulk and Mickey Mouse, plaster statuettes sold to tourist waiting in line to cross the border. They represent artificiality at a grand scale, a need to embody a replicated communal narrative. Their generic description is a negation of their figurative representation making way to a sort of diagrammatic reading that enables a looping of diverse correlations.
In a series of paired black and white photographs titled Mal-Hitos (shown above), Melisa Arreola juxtaposes the authentic against the forgery, in a mug shot format that exposes their culpability of stolen identity. Even though they impersonate monuments that through decades have acquired a deep-seated symbolism in their distinct cultural environment, they have become affirmations of the longing Tijuana has for a past and desire for urban artifacts. Their only crime, in their short and dislocated existence, is forming part of a simulated collective memory.
La mona, la bola las torres, nombres coloquiales que describen una serie de pseudo monumentos localizados en el paisaje urbano de Tijuana. Nombres genéricos para objetos tan iconográficos, que dentro de otros contextos llevan consigo significados específicos, sin embargo en Tijuana se han convertido en lienzos vacíos donde se plasman multiplicidad de interpretaciones. Al pasar cerca de ellos es posible distinguir su semejanza deformada con los iconos de las urbes modernas, desde Nueva York a Sau Paulo. Pertenecen a una familia de impostores, junto con Bart Simpson, Increible Hulk y Mickey Mouse figuras de yeso que venden a los turistas que esperan cruzar la frontera. Representativos del la artificialidad a grande escala, y de una necesidad de replicar una narrativa comunal. Dentro de su descripción generica se encuentra la negación de la figura representada – que a la vez se dirige hacia una lectura diagramática permitiendo “loops” de correlaciones diversas.
En una serie de fotografías en blanco y negro con titulo Mal-Hitos, Melissa Arreola yuxtapone el objeto original con el falsificado, en una especie de ficha fotográfica que expresa su culpabilidad de secuestro de identidad. Aun se hacen pasar por monumentos que por décadas adquirieron un profundo simbolismo en sus distintos ambientes culturales, reafirman el anhelo que tienen Tijuana por un pasado y su deseo por artefactos urbanos. Su única culpa, dentro de su corta y dislocada vida, es ser parte de una simulada memoria colectiva.
La mona, la bola, las torres, colloquial names given to a series of pseudo monuments found in the urban landscape of Tijuana. Generic names for highly iconic objects that within other contexts have specific meaning, yet in Tijuana they have become blank canvass of assorted interpretation. As you drive by them you distinguish their freakish resemblance to other familiar icons sited somewhere in a modern metropolis, from NY to Sao Paulo. They belong to a family of imposter icons, such as the Bart Simpson, Incredible Hulk and Mickey Mouse, plaster statuettes sold to tourist waiting in line to cross the border. They represent artificiality at a grand scale, a need to embody a replicated communal narrative. Their generic description is a negation of their figurative representation making way to a sort of diagrammatic reading that enables a looping of diverse correlations.
In a series of paired black and white photographs titled Mal-Hitos (shown above), Melisa Arreola juxtaposes the authentic against the forgery, in a mug shot format that exposes their culpability of stolen identity. Even though they impersonate monuments that through decades have acquired a deep-seated symbolism in their distinct cultural environment, they have become affirmations of the longing Tijuana has for a past and desire for urban artifacts. Their only crime, in their short and dislocated existence, is forming part of a simulated collective memory.
La mona, la bola las torres, nombres coloquiales que describen una serie de pseudo monumentos localizados en el paisaje urbano de Tijuana. Nombres genéricos para objetos tan iconográficos, que dentro de otros contextos llevan consigo significados específicos, sin embargo en Tijuana se han convertido en lienzos vacíos donde se plasman multiplicidad de interpretaciones. Al pasar cerca de ellos es posible distinguir su semejanza deformada con los iconos de las urbes modernas, desde Nueva York a Sau Paulo. Pertenecen a una familia de impostores, junto con Bart Simpson, Increible Hulk y Mickey Mouse figuras de yeso que venden a los turistas que esperan cruzar la frontera. Representativos del la artificialidad a grande escala, y de una necesidad de replicar una narrativa comunal. Dentro de su descripción generica se encuentra la negación de la figura representada – que a la vez se dirige hacia una lectura diagramática permitiendo “loops” de correlaciones diversas.
En una serie de fotografías en blanco y negro con titulo Mal-Hitos, Melissa Arreola yuxtapone el objeto original con el falsificado, en una especie de ficha fotográfica que expresa su culpabilidad de secuestro de identidad. Aun se hacen pasar por monumentos que por décadas adquirieron un profundo simbolismo en sus distintos ambientes culturales, reafirman el anhelo que tienen Tijuana por un pasado y su deseo por artefactos urbanos. Su única culpa, dentro de su corta y dislocada vida, es ser parte de una simulada memoria colectiva.
URBIcidio*
…to plan a city is both to think the very plurality of the real and to make that way of thinking the plural effective; it is to know how to articulate it and be able to do it.
Michel de Certeau
En el último libro/revista de Rem Koolhaas llamado Content se publico un artículo que me hace pensar en la falta de responsabilidad ética del arquitecto y la arquitectura.
Violence against architecture: Quixote comes of age in Sarajevo. Si el arquitecto construye también puede destruir. En caso diferentes Bill Millard, define “urbicide” como el acto premeditado de destrucción urbana en áreas de intercambio cultural.
El urbicidio divide y delimita identidades, eliminando situaciones que producen contrastes, normalmente el que practica el urbicidio es aquel que no separa su espacio urbano de un grupo limitado y cerrado. Aquel que encierra y abandona estructuras urbanas también es tan culpable como el que desvía fondos publicos destinados para obras comunitarias. Aquellos que con la bandera de vivienda social construyen miles de viviendas suburbanas – para después abandónalas creando condición de entropía – también son culpables del urbicidio. La decadencia de las estructuras físicas con las sociales van mano a mano como nos han mostrado ejemplos como Pruit Igoe en Saint Louis, USA, los superbloques de vivienda racionalistas que crearon una anarquía cívica en Caracas Venezuela a fines de los años 50 y otros ejemplos que nos dejo el modernismo utópico lecorbusiano. En Tijuana es irónico que exista una empresa con el mismo prefijo (Urbi), como si su creadores fueran parte de una visión fascista de eliminar o anular el concepto de cuidad habitable. Las estructuras (de poder a la Faucault) creadas por esta organización crea los mecanismos que vacían al la ciudad de un espacio plural creando, como menciona De Certeau, “lugares donde no se puede creer en nada”.
Se me haría difícil clasificar con toda certeza a estos desarrollos como “auténticos” no-lugares. Aun que Marc Auge hace varios puntos interesantes sobre la definición y configuración de un no-lugar. El ejemplo mas concreto es; el no-lugar es totalmente cuantificable. Los limites de su extensión, como su cantidad de unidades y los metros cuadrados de asfalto son contables y construidos con el spread sheet en vez de con la historia e intercambio de ideas, palabras y ambigüedades. Lugares, no-lugares del hyper-design, calculados hasta la última gota de cemento, el diseño se ha convertido en la tecnica de la supresión de la espontaneidad. Esto me lleva a creer en el concepto de UNdesign; el diseño como catalizador de intensidades, y no como génesis de la forma y espacio. El diseño [en esta definición de UNdesign], es una cualidad intrínseca del espacio político de la cuidad. Si la arquitectura es una forma de praxis cultural su operatividad debe ser proyectiva.
Este proyecto de Urbicidio esta compuesto de dos modelos: El primero construcciones seriadas de mínimo espacio al este de la cuidad, un mar de cuartos Tijuana es la verdadera “City of Quartos” (Termino que presento Gustavo Leclerc en UCLA para explicar una condición urbana de East LA). Homogeneidad, claustrofobia urbana – hacer ciudad no es hacer cuartos – hacer ciudad es entender las condiciones sociales y culturales de los usuarios y dejar libre la posibilidad de su representación en la cuidad. Hay solución a estas condiciones de hacinamiento? Si pero no esta en las manos de los desarrolladores – esta en la determinación de la sociedad de exigir un espacio digno y heterogéneo. La masa critica del la ciudad llega a su limite. El segundo modelo consiste en la falsa proposición de vender seguridad dentro de una ciudad insegura y violenta, vivir en la ciudad es decadente y peligroso, vivir con guardia las 24 horas y dentro un espacio delimitado por muros que crean mini fronteras (como si nos faltaran bardas de que preocuparnos en Tijuana) es protegerse de las masas, la segregación es seguridad. Muros que como en otras condiciones (extremas) aíslan clases sociales, distancian ideologías religiosas y políticas. En estas áreas se simula la ciudad– seria un peligro vivir la realidad, existen en simulacro de una villa italiana, de un Eastlake San Dieguino, de un mundo blanco, un archipiélago hermético.
El acto de diseñar espacios, comunidades y ciudades es una forma activa de moldear actividades políticas y humanas. Es una responsabilidad social y como tal puede ser juzgada cuando es nociva para la salud mental y física de la sociedad. El usuario no es un concepto abstracto de un índice de mercadotecnia no es “the bottom line”. En la historia se han presentado casos de diseñó urbano como mecanismo de control ( Hausman en Paris o Speer en Berlin) y mientras estas empresas locales estén en negación total de la realidad en las que laboran, no podrán ser absueltas de urbicidio.
URBIcidio*
…to plan a city is both to think the very plurality of the real and to make that way of thinking the plural effective; it is to know how to articulate it and be able to do it.
Michel de Certeau
En el último libro/revista de Rem Koolhaas llamado Content se publico un artículo que me hace pensar en la falta de responsabilidad ética del arquitecto y la arquitectura.
Violence against architecture: Quixote comes of age in Sarajevo. Si el arquitecto construye también puede destruir. En caso diferentes Bill Millard, define “urbicide” como el acto premeditado de destrucción urbana en áreas de intercambio cultural.
El urbicidio divide y delimita identidades, eliminando situaciones que producen contrastes, normalmente el que practica el urbicidio es aquel que no separa su espacio urbano de un grupo limitado y cerrado. Aquel que encierra y abandona estructuras urbanas también es tan culpable como el que desvía fondos publicos destinados para obras comunitarias. Aquellos que con la bandera de vivienda social construyen miles de viviendas suburbanas – para después abandónalas creando condición de entropía – también son culpables del urbicidio. La decadencia de las estructuras físicas con las sociales van mano a mano como nos han mostrado ejemplos como Pruit Igoe en Saint Louis, USA, los superbloques de vivienda racionalistas que crearon una anarquía cívica en Caracas Venezuela a fines de los años 50 y otros ejemplos que nos dejo el modernismo utópico lecorbusiano. En Tijuana es irónico que exista una empresa con el mismo prefijo (Urbi), como si su creadores fueran parte de una visión fascista de eliminar o anular el concepto de cuidad habitable. Las estructuras (de poder a la Faucault) creadas por esta organización crea los mecanismos que vacían al la ciudad de un espacio plural creando, como menciona De Certeau, “lugares donde no se puede creer en nada”.
Se me haría difícil clasificar con toda certeza a estos desarrollos como “auténticos” no-lugares. Aun que Marc Auge hace varios puntos interesantes sobre la definición y configuración de un no-lugar. El ejemplo mas concreto es; el no-lugar es totalmente cuantificable. Los limites de su extensión, como su cantidad de unidades y los metros cuadrados de asfalto son contables y construidos con el spread sheet en vez de con la historia e intercambio de ideas, palabras y ambigüedades. Lugares, no-lugares del hyper-design, calculados hasta la última gota de cemento, el diseño se ha convertido en la tecnica de la supresión de la espontaneidad. Esto me lleva a creer en el concepto de UNdesign; el diseño como catalizador de intensidades, y no como génesis de la forma y espacio. El diseño [en esta definición de UNdesign], es una cualidad intrínseca del espacio político de la cuidad. Si la arquitectura es una forma de praxis cultural su operatividad debe ser proyectiva.
Este proyecto de Urbicidio esta compuesto de dos modelos: El primero construcciones seriadas de mínimo espacio al este de la cuidad, un mar de cuartos Tijuana es la verdadera “City of Quartos” (Termino que presento Gustavo Leclerc en UCLA para explicar una condición urbana de East LA). Homogeneidad, claustrofobia urbana – hacer ciudad no es hacer cuartos – hacer ciudad es entender las condiciones sociales y culturales de los usuarios y dejar libre la posibilidad de su representación en la cuidad. Hay solución a estas condiciones de hacinamiento? Si pero no esta en las manos de los desarrolladores – esta en la determinación de la sociedad de exigir un espacio digno y heterogéneo. La masa critica del la ciudad llega a su limite. El segundo modelo consiste en la falsa proposición de vender seguridad dentro de una ciudad insegura y violenta, vivir en la ciudad es decadente y peligroso, vivir con guardia las 24 horas y dentro un espacio delimitado por muros que crean mini fronteras (como si nos faltaran bardas de que preocuparnos en Tijuana) es protegerse de las masas, la segregación es seguridad. Muros que como en otras condiciones (extremas) aíslan clases sociales, distancian ideologías religiosas y políticas. En estas áreas se simula la ciudad– seria un peligro vivir la realidad, existen en simulacro de una villa italiana, de un Eastlake San Dieguino, de un mundo blanco, un archipiélago hermético.
El acto de diseñar espacios, comunidades y ciudades es una forma activa de moldear actividades políticas y humanas. Es una responsabilidad social y como tal puede ser juzgada cuando es nociva para la salud mental y física de la sociedad. El usuario no es un concepto abstracto de un índice de mercadotecnia no es “the bottom line”. En la historia se han presentado casos de diseñó urbano como mecanismo de control ( Hausman en Paris o Speer en Berlin) y mientras estas empresas locales estén en negación total de la realidad en las que laboran, no podrán ser absueltas de urbicidio.
The Tijuana Effect
Hace unos meses lleve a unos amigos de Los Angeles a conocer el Hospital Del Prado ubicado en la zona de la mesa en Tijuana. El teórico en arquitectura Bob Somol y el Arq. Mark Lee visitaban Tijuana después de su conferencia en el ICBC para el evento OTRA/ANOTHER. Llegamos al hospital y al salir del carro se quedaron apreciando el edificio de fachada de bloc de vidrio verde, después de meditar unos minutos sacaron las cámaras y capturaron el estado actual de uno de los primeros edificios de la firma Morphosis. Thom Mayne y Michael Rotondi vinieron a Tijuana en 1973 a diseñar un conjunto de vivienda en La Floresta y el hospital al inicio de su carrera en 1972 como despacho en Los Angeles.
Entramos al hospital reconociendo los espacios originales que todavía son visibles a través de la horrenda ampliación que se le hizo. Horrenda en cuanto a intención espacial y arquitectónica, pero necesaria como la describió la Doctora Aubanel. El edificio tiene rasgos de la influencia del arquitecto James Stirling de Escocia, arquitecto conocido por su obra fuera del mainstream modernista y sus organizaciones en planta a 45 grados y de algunas referencias a la arquitectura del siglo 19. La referencia a Sterling es evidente en los primero proyectos de Morphosis. El hospital parece ubicarse dentro del diseñó humanista y el “over aesthetic” una ideología de Sterling aparente en su proyecto mas famoso, la biblioteca de historia en la Universidad de Cambridge.
Subimos a los diferentes niveles por la escalera original hasta el tercer o cuarto piso para ver la fachada verde de cerca. El pasillo de circulación se ilumina de verde con la luz de la tarde. El mármol Travertino sobre el piso (de moda en edificios de gobierno en esa época como en el Cecut) refleja una sensación grafica tridimensional o retícula renacentista entre el muro y el piso. El pasillo es solamente circulación y sala de espera para los diferentes consultorios y habitaciones del hospital. Al bajar esperamos en el lobby para el regreso, de una habitacion salía una mujer con vestimenta de quirófano con todo y tapa bocas. Le preguntamos al guardia si podíamos tomar algunas fotos en el interior y nos comento que había que preguntarle a la “dueña” y apuntó hacia la mujer que vimos salir. Para nuestra sorpresa se trataba de la Dr. Patricia Aubanel. Al acercarnos nos presentamos como arquitectos miembros de la facultad donde trabaja Thom Mayne en UCLA.
Se quito el tapa bocas y muy amable nos saludo y nos dio un tour de las partes originales del edificio que de por cierto ya habíamos visto. Platicando con ella salio a conversación el tema de la ampliación. El proyecto de la ampliación parece ser obra del Arq. Santini, el mismo que fue alumno de Thom Mayne en Sci-Arc en Los Angeles. Mayne y Rotondi fundaron la famosa escuela de Los Angeles en 1972 el mismo año que iniciaron su despacho. Santini los invito a trabajar en los dos proyectos que lograron construir en Tijuana. El proyecto de la ampliación para mi forma de ver era fácil – seguir con la línea Sterling de superficies de vidrio quizá separando el edificio original con una banda sólida, parecido al proyecto de Cambridge.
La ampliación del Hospital del Prado, aun que su origen esta ubicado en algún estereotipo PoMo californiano , tiene un aval santo. La Doctora Aubanel nos comentaba que en las últimas platicas que mantuvo con su paciente la Madre Teresa ,premio Nobel de la Paz 1979, en un hospital de la Jolla, California la madre le pidió la promesa de construir un centro de cardiología en Tijuana, un centro donde la doctora atendiera a la comunidad de Tijuana como lo hizo con ella en La Jolla.. Ella no sabia si le alcanzarían los fondos para contratar a Thom Mayne, ahora que era un arquitecto de prestigio internacional, nos comento. Somol respondió que era muy probable, debido a que es uno de sus primeros edificios fuera de Los Angeles, que Mayne lo hubiera diseñado sin cobrar por sus servicios. Después que la Madre Teresa falleció la promesa se convirtió en una manda arquitectónica.
Al salir del Hospital comentábamos sobre la suerte que tuvimos de platicar con la doctora y después fuimos a ver el edificio de la empresa Harina El Rosal unas cuadras atrás del hospital. Si bien recuerdo en el primer libro de Morphosis la única foto del Hospital es una vista elevada con los silos del Rosal en el fondo. Un edificio verde con una fachada sólida y tectonica industrial, y pensé aló mejor esta construcción fue la verdadera inspiración. Meses después Thom Mayne gana el Premio Pritzker de Arquitectura por más de 30 años de carrera, inevitablemente el Tijuana effect tuvo algo que ver.
The Tijuana Effect
Hace unos meses lleve a unos amigos de Los Angeles a conocer el Hospital Del Prado ubicado en la zona de la mesa en Tijuana. El teórico en arquitectura Bob Somol y el Arq. Mark Lee visitaban Tijuana después de su conferencia en el ICBC para el evento OTRA/ANOTHER. Llegamos al hospital y al salir del carro se quedaron apreciando el edificio de fachada de bloc de vidrio verde, después de meditar unos minutos sacaron las cámaras y capturaron el estado actual de uno de los primeros edificios de la firma Morphosis. Thom Mayne y Michael Rotondi vinieron a Tijuana en 1973 a diseñar un conjunto de vivienda en La Floresta y el hospital al inicio de su carrera en 1972 como despacho en Los Angeles.
Entramos al hospital reconociendo los espacios originales que todavía son visibles a través de la horrenda ampliación que se le hizo. Horrenda en cuanto a intención espacial y arquitectónica, pero necesaria como la describió la Doctora Aubanel. El edificio tiene rasgos de la influencia del arquitecto James Stirling de Escocia, arquitecto conocido por su obra fuera del mainstream modernista y sus organizaciones en planta a 45 grados y de algunas referencias a la arquitectura del siglo 19. La referencia a Sterling es evidente en los primero proyectos de Morphosis. El hospital parece ubicarse dentro del diseñó humanista y el “over aesthetic” una ideología de Sterling aparente en su proyecto mas famoso, la biblioteca de historia en la Universidad de Cambridge.
Subimos a los diferentes niveles por la escalera original hasta el tercer o cuarto piso para ver la fachada verde de cerca. El pasillo de circulación se ilumina de verde con la luz de la tarde. El mármol Travertino sobre el piso (de moda en edificios de gobierno en esa época como en el Cecut) refleja una sensación grafica tridimensional o retícula renacentista entre el muro y el piso. El pasillo es solamente circulación y sala de espera para los diferentes consultorios y habitaciones del hospital. Al bajar esperamos en el lobby para el regreso, de una habitacion salía una mujer con vestimenta de quirófano con todo y tapa bocas. Le preguntamos al guardia si podíamos tomar algunas fotos en el interior y nos comento que había que preguntarle a la “dueña” y apuntó hacia la mujer que vimos salir. Para nuestra sorpresa se trataba de la Dr. Patricia Aubanel. Al acercarnos nos presentamos como arquitectos miembros de la facultad donde trabaja Thom Mayne en UCLA.
Se quito el tapa bocas y muy amable nos saludo y nos dio un tour de las partes originales del edificio que de por cierto ya habíamos visto. Platicando con ella salio a conversación el tema de la ampliación. El proyecto de la ampliación parece ser obra del Arq. Santini, el mismo que fue alumno de Thom Mayne en Sci-Arc en Los Angeles. Mayne y Rotondi fundaron la famosa escuela de Los Angeles en 1972 el mismo año que iniciaron su despacho. Santini los invito a trabajar en los dos proyectos que lograron construir en Tijuana. El proyecto de la ampliación para mi forma de ver era fácil – seguir con la línea Sterling de superficies de vidrio quizá separando el edificio original con una banda sólida, parecido al proyecto de Cambridge.
La ampliación del Hospital del Prado, aun que su origen esta ubicado en algún estereotipo PoMo californiano , tiene un aval santo. La Doctora Aubanel nos comentaba que en las últimas platicas que mantuvo con su paciente la Madre Teresa ,premio Nobel de la Paz 1979, en un hospital de la Jolla, California la madre le pidió la promesa de construir un centro de cardiología en Tijuana, un centro donde la doctora atendiera a la comunidad de Tijuana como lo hizo con ella en La Jolla.. Ella no sabia si le alcanzarían los fondos para contratar a Thom Mayne, ahora que era un arquitecto de prestigio internacional, nos comento. Somol respondió que era muy probable, debido a que es uno de sus primeros edificios fuera de Los Angeles, que Mayne lo hubiera diseñado sin cobrar por sus servicios. Después que la Madre Teresa falleció la promesa se convirtió en una manda arquitectónica.
Al salir del Hospital comentábamos sobre la suerte que tuvimos de platicar con la doctora y después fuimos a ver el edificio de la empresa Harina El Rosal unas cuadras atrás del hospital. Si bien recuerdo en el primer libro de Morphosis la única foto del Hospital es una vista elevada con los silos del Rosal en el fondo. Un edificio verde con una fachada sólida y tectonica industrial, y pensé aló mejor esta construcción fue la verdadera inspiración. Meses después Thom Mayne gana el Premio Pritzker de Arquitectura por más de 30 años de carrera, inevitablemente el Tijuana effect tuvo algo que ver.